jueves, 28 de octubre de 2010

Extracto del libro de Vargas LLosa ''Los Cuadernos de Don Rigoberto''

Tengo que decir antes de empezar que el premio Nobel que le han otorgado, muchos de nosotros se lo quitaríamos con mucho gusto haciéndole una buena finta y después nos la jugaríamos a tirar de 3 al cubo de la basura. No es posible que se un autor hable del deporte tan críticamente y con esa dureza cuando es una realidad todo lo que aporta en la vida de las personas con diferentes fines.

No pienso que su intención haya sido la de ofendernos pero en un principio y en una primera leída, reconozco que no me sentido nada bien, y he 'flipado' como decimos nosotros con sus palabras. En su texto se está generalizando y metiendo en el mismo saco a muchas personas que les pica los ojos al leer esto. A un señor o señora que lleva entrenándose 4 años para ir a un mundial, juegos olímpicos, campeonato del mundo, etc.; muchas horas al día, dejando posiblemente de lado muchos aspectos de su vida como su familia en cierta medida, su ocio, su disfrute con un gran sacrificio y se vea ahí metida, es una falta de respeto, yo me sentiría ofendido desde luego

Está clarísimo que por desgracia esto se da, las trampas, el dopaje, etc.; y tenemos que convivir con ello soportando palabras como las de Vargas Llosa por culpa de un atajo de cobardes e inútiles que se sienten bien con el objetivo y no con el proceso hasta llegar a él.
Es muy triste perder una final sí, pero más triste es aún bajo mi punto de vista ganarla con el dopaje o con las trampas. ¿Cómo te sientes después de ganar? ¿Completo? ¿Realizado? ¿Ha merecido la pena? Son preguntas que me haría yo sin duda porque no me sentiría ni orgulloso ni me provocaría ninguna satisfacción personal.

Loa al deporte.

El extracto dice que:

El placer de la victoria y la capacidad de fabricar con cada triunfo y cada derrota un recuerdo y una enseñanza, es una de las virtudes del deporte.
El deporte también me mantiene vivo, es otra de las cosas que no me puedo dar el lujo de perder, (....). Yo he sentido el calor en las manos mientras perdemos, he sentido un fuego intenso en mi piel cuando ganamos. Un individuo como parte de un todo, unido al mundo por la pasión, por un compromiso común a todos los intereses, la victoria.
El apoyo, la admiración, el respeto, los límites, el cansancio extremo, el dolor en las entrañas, la satisfacción, aun después de la derrota, por haber cumplido, por no renunciar todavía, por continuar con vida. Son cosas de las que me gustaría escribir algún día. ¿Y el contrincante? El contrincante que me espere porque mañana voy a ganarle (...).
He de agradecer que puedo correr, puedo saltar, puedo sentir agotamiento, puedo dejar mi mente en blanco y puedo volar (...). Gracias por el dolor. Gracias a los contradictores. Yo seguiré en la vida, como muchos otros antes, jugando y escribiendo. Sintiendo cómo mis piernas intentan salir de sí mientras escribo aquello que me inspira la vida.

Y mi respuesta al respecto es que nosotros estamos bien reflejados en estas palabras del texto. Todos hemos sentido alguna vez como se te va la mente a otra parte cuando pierdes y como se te acelera el corazón cuando ganas.

También es cierto que esto no le ocurre a todo el mundo, bien porque no hayan crecido con el deporte, bien porque no les guste o por muchos más motivos, pero si lo practican bien sea por motivos de salud, de recreación o por lo que sea, y no por el afán de ganar como nosotros, bueno es también.
Lo que para nosotros es una forma de vida, o nuestra vida directamente, para otros no lo es y como ya dijimos en clase, tenemos que trabajas para aquellos que no creen en nuestro trabajo, pero bueno, es lo que hay, así somos felices.

martes, 26 de octubre de 2010

Búsqueda bibliográfica sobre Educación Física.

Para la búsqueda he visitado revistas electrónicas, las bases de datos de la Universidad de Valencia como SCOPUS o Dialnet y el buscador Google Académico extrayendo de ellas los siguientes artículos que guardan relación con la iniciación deportiva y motivaciones en el ámbito escolar.


  1. Importancia de la iniciación deportiva en el ámbito escolar. Sistematización del proceso de formación deportiva. Localizado en Dialnet.
  2. Factores motivacionales y afectivos en la iniciación deportiva. Localizado en Google Académico.
  3. Alternativas metodológicas para el desarrollo de valores en la Educación Física y el Deporte. Localizado en Google Académico.

Búsqueda de definiciones sobre 'Educación física'.



  • La Educación Física es un proceso educativo que emplea la actividad física como un medio para ayudar a los individuos que adquieran destrezas, aptitud física, conocimiento y actitudes que contribuyen a su desarrollo óptimo y bienestar. (Wuest & Bucher (1999, p. 8)).
  • La Educación Física es esa parte del proceso total educativo que utiliza las actividades vigorosas que involucran el sistema muscular para producir los aprendizajes resultantes de la participación en estas actividades. (Nixon & Cozens).
  • La Educación Física es parte del currículo escolar cuya finalidad es el desarrollo de los jóvenes física, social, mental y moralmente, de modo que se conviertan en ciudadanos bien balanceados, inteligentes, saludables, responsables y felices para la democracia”. (Vannier & Fait).
  • La Educación Física es el desarrollo intergral del ser humano a través del movimiento. El término integral se refiere a todas la dimensiones del ser humano, a saber: físico (cuerpo), mental (inteligencia), espiritual y social. (Calzada, (1996, p. 123)).
  • La Educación Física puede contemplarse como un concepto amplio que trata de desarrollo y la formación de una dimensión básica del ser humano, el cuerpo y su motricidad. Dimensión que no se puede desligar de los otros aspectos de su desarrollo, evolución-involución. Por lo tanto, no se debe considerar que la educación física esta vinculada exclusivamente a unas edades determinadas ni tampoco a la enseñanza formal de una materia en el sistema educativo, sino que representa la acción formativa sobre unos aspectos concretos a través de la vida del individuo, es decir, constituye un elemento importante del concepto de educación física continua de la persona. (Sánchez Buñuelos, 1966).

¿Clases o empanada a la boloñesa?

Comenta el siguiente artículo publicado el 13 de septiembre en 'El País':

  • ¿Es lógico 'empezar al revés' como dice el autor? ¿Cuál sería el mínimo para ello?
En mi opinión se pueden combinar diferentes formas de enseñar y para ello se necesita profesorado capaz de combinar tanto una ‘clase magistral’ como ‘empezar al revés’ bien sea con muchos o pocos alumnos, pero deben ser capaces de enganchar a sus alumnos.

  • ¿Puedes poner algún ejemplo de situación en la que hayas 'tenido que aparentar que has cambiado para poder seguir haciendo lo de siempre'?
Sobre las actitudes que haya tenido que aparentar, si he debido hacerlo de pequeño, con mis padres, con mis amigos para conseguir algo, etc.; pero cuando no daba importancia a este tipo de valores como los que tengo ahora como los de luchar por lo que quiero siendo yo mismo y sin tener que engañar para conseguir lo que quiero. Es una actitud creo yo vinculada a la niñez sobretodo.

  • ¿Qué cree que quiere decir el autor con que el 'principal objetivo de la asignatura enseñar a leer'? ¿Crees que ese objetivo sería aplicable a ti'?
Lo que me sugieren ‘las clases a la Boloñesa’ según el artículo es que son clases reducidas donde el alumnado toma parte en la clase debatiendo y reflexionando con el profesor sobre temas en los que hayan tenido que investigar previamente. Surgen necesidades como más interacción con los estudiantes, más tiempo en clases presenciales, la necesidad de unos conocimientos básicos, etc.

  • ¿Qué son las 'clases a la boloñesa'? ¿Qué dificultades tiene llevarlas a cabo?
Yo desconozco totalmente en Plan Bolonia, nos tienen a ciegas porque no nos explican tampoco su funcionamiento, yo nose si me conviene, si no me conviene, etc.; y como yo estamos miles de estudiantes. Como en muchos trabajos, hay personas que quieres cobrar sin tener vocación por lo que hacen, pero eso deberían ser trabajos donde no se tuviera relación con personas. Desde el momento en que existe una relación, es más profesional para nosotros quien nos transmite que el que más sabe en cuanto a investigaciones, tesis, etc. Eso es lo importante para los estudiantes.

Ensayo sobre ¿Qué es Educación?

La educación se entiende como un proceso por el cual el ser humano aprende diversas materias inherentes a él. Por medio de ésta se va configurando nuestra conducta sobre cómo actuar en una sociedad, puesto que es un proceso socializador que ayuda al ser humano a insertarse de forma efectiva. Desde la lactancia se crean vínculos sociales con quien les rodea y continuamente está en un proceso de educación pasando previamente por las escuelas, que es el tema a tratar principalmente. Éstas conforman un papel fundamental en la educación y, los responsables de esto, son los maestros que deben tener una preparación que realmente escasea en la sociedad porque no se les valora lo suficiente como para que se especialicen.
Se tiene mucha hipocresía y se opina mucho sobre cosas ajenas que no se entienden ni se saben, y esto provoca en muchos maestros el abandono de la enseñanza primaria porque educar no es tarea fácil y, educar bien, lo es aún más. Todo el mundo quiere para sus hijos algo mejor que lo que tuvieron y en la educación no van a ser menos; pero no quieran una mejor educación para sus hijos cuando los educadores no han recibido una buena educación previa. Y aun así, siempre se esmeran más teniendo a alguien a cargo.
Como ya se ha dicho, la educación es de vital importancia ya que determina de alguna forma el desarrollo de la sociedad en la que se vive. Tanto es así, que la figura del docente cobra mucha fuerza en esto, pero desgraciadamente, se dice que ‘Quienes asumen que los maestros son algo así como fracasados, deberían concluir entonces que la sociedad democrática en que vivimos también es un fracaso’ (Savater, 1997), esto quiere decir que se le otorga al docente el fracaso escolar y no tendría que ser en parte de esta forma, ya que el problema nace, no de el docente en sí, sino de mucho más arriba. Se ha perdido la dedicación directa al alumnado, el hacerlos pensar y construir sus propios pensamientos; ahora todo consiste en reproducir como un papagayo, en clases magistrales que no implican al alumno a colaborar en la materia, a acomodarse y no pensar.
Por otro lado, los docentes tienen que mantener la esperanza, ilusión, optimismo a la hora de enseñar. Se dice que ‘Educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos…) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros a través del conocimiento’ (Savater, 1997), y tanto es así que aquellos maestros que no tengan ese anhelo por conseguir una educación adecuada y ese optimismo necesario para poder conseguirlo, no serán buenos maestros por no tener agallas para no dejarse llevar por el sistema burocrático que está presente en la sociedad, y por no querer romper con las ideas anteriormente dichas de comodidad, clases magistrales, desatención del alumnado, etc.
Aquellos docentes que no tengan el valor de enseñar algo tan valioso como la educación, deberían dedicarse a otras cosas ya que son responsables de algo muy importante como son las vidas humanas. La competencia, el ansia de dinero, el egoísmo hacen que muchos abandonen estos puestos para dedicarse a una educación superior por el simple hecho de embolsarse más dinero que lo que ganaba anteriormente, por el egoísmo de ser cómodos y llegar a una clase, soltar el discurso y no atender a preguntas, etc.
Sabiendo la necesidad de la educación y el porqué debemos enseñar, se tiene que tener en cuenta qué enseñar a los alumnos. Por un lado, se habla de una educación en el ámbito familiar y una educación en el ámbito escolar que se complementan y tienen la misma importancia tanto la una como la otra. Antiguamente se entendía que ‘El pedagogo era un educador y su tarea se consideraba de primordial interés, mientras que el maestro era un simple instructor y su papel estaba valorado como secundario’ (Savater, 1997). En el ámbito familiar se enseñaban unos valores determinados como el respeto, la tolerancia, tratar con educación a los mayores, etc.; y el ámbito escolar se dedicaba a la transmisión de conocimientos. Pero en nuestros días, las funciones que antes ocupaba la familia, se están confiando a las escuelas y es un acontecimiento perjudicial y negativo ya que, en primer lugar, el alumno se convierte en pasivo a la espera de recibir algo y en segundo lugar, porque los padres le dan la responsabilidad tanto de educarlos como de instruirlos. Este hecho, lo que hace es que no se esfuerce la sociedad en una buena educación para desarrollarse íntegramente y en un buen camino a seguir.
Por lo tanto, la educación estaba basada a través del conocimiento, pero tampoco se entiende una instrucción sin unos principios básicos. Y ambas se deben complementar para estar acorde y vivir en la sociedad de forma eficaz.
En cuanto a la metodología que se debería enseñar es la de experimentación, la de las vivencias, que el niño descubra, toque, sienta, etc. Se dice que ‘Lo importante es enseñar a aprender’ (Savater, 1997), y esto es fundamental para el desarrollo íntegro. Los maestros deben evitar que el niño sepa las cosas porque así se lo han contado y no por eso se lo tienen que creer, sino que, lo debería de saber porque lo ha podido comprobar con sus propios ojos o porque lo ha vivido. De esa manera se puede decir que se ha aprendido porque se ha comprendido en primera persona.
‘Una de las principales tareas de la enseñanza siempre ha sido por tanto promover modelos de excelencia y pautas de reconocimiento que sirvan de apoyo a la autoestima de los individuos’ (Savater, 1997). Lo realmente importante para una persona, ya no desde el punto de vista del alumno, sino desde el punto de vista de persona, no es otra cosa que sentirse bien, capaz, integrado con el grupo. Los maestros y las escuelas deben formar un núcleo de desarrollo cognitivo y un núcleo básico de la personalidad, así como promover modelos de autoestima, de excelencia y de reconocimiento que sirvan de apoyo para el amor propio de los individuos. Se busca el desarrollo de la propia personalidad del alumno desde el punto de vista social, aparte evidentemente del desarrollo cognitivo del alumno. Por otro lado los maestros tienen la función de encaminar las vidas de sus alumnos, alejarlos de la mala vida como coloquialmente se dice y que está muy presente en la sociedad bien sea por robos, drogas, violencia de género, etc. Educarlos desde un punto de vista donde el proceso es lo importante y no el fin en sí mismo es lo más adecuado.
En conclusión, la enseñanza no es algo a lo que haya de dejar de lado. Debe dedicársele tiempo y valor, estar orgulloso de la profesión ya que es una labor verdaderamente importante. Este oficio debería valorarse como se merece por muchos padres que lo critican y, sin embargo, son tan hipócritas que dejan a la escuela la responsabilidad de instruirlos para desentenderse. Y lo más importante, promover la autoestima ya que son personas ante todo.

Resumen del prólogo y del capítulo 2 de 'El valor de educar' (Fernando Savater)


La sociedad tiene un concepto de la escuela primaria como la encargada de corregir vicios e insuficiencias culturales, pero por otra parte, también piensa que los profesores son personas incapaces o ineptas para haberse dedicado a algo de mayor relevancia, con mejores sueldos, etc.
Este hecho está provocando que la infravaloración de este trabajo y supone que las personas capacitadas para este trabajo huyan a la educación superior evocando a una sociedad cada vez menos preparada.
Las personas buscamos una educación para nuestros hijos mejor que la que nosotros recibimos en su día, pero esto es complicado porque los educadores no recibieron una buena educación, es la pescadilla que se muerde la cola, y por ello se dice que la enseñanza escolar fracasa siempre. Pero, en toda educación, sea la correcta o no, ya que no siempre una buena educación da buenos resultados, se espera hacerlo mejor con las personas que están a su cargo.
La misma educación se contradice muchas veces. Se pone a la educación como sectorial, especializada, funcional y modesta, y es por ello por lo que no se suele hablar de ella. El autor del libro, Savater, afronta la educación de un modo general, esencial, y no la compara con planes de estudios o legislaciones y quiere que sea intemporal e históricamente válida. En su libro incluye una ontología de opiniones de pensadores sobre educación y llega a la conclusión, que por muy negro y muy complicado que pongan el trabajo de educador, siempre hay que ser optimistas, es el requisito fundamental para seguir y no abandonar.
Para Savater, educar no es otra cosa que crear la perfección humana, es la capacidad innata de aprender, porque solamente los hombres pueden mejorar con el conocimiento y, debido a la dificultad y lo poco que se valoran a los educadores, el título de su libro ‘El valor de educar’ va dirigido a lo importante que es por un lado la educación y lo valiente que se debe ser para enseñarla.
Para ser humanos nos tenemos que configurar a partir de una herencia biológica y una herencia cultural y por ello la educación nos demuestra que no somos seres únicos, sino que tenemos que relacionarnos y que tampoco somos los iniciadores de nuestro linaje.
Las personas siempre somos maestros de alguien, por ejemplo, un niño que enseña a otro a jugar a un juego, o un nieto que enseña a su abuelo a utilizar el ordenador; entonces parecería una tontería especializarse en enseñar ya que todo el mundo podría hacerlo.
Antiguamente en Grecia existían pedagogos y maestros siendo más importantes los primeros ya que enseñaban valores, formaban el carácter y ayudaban en su desarrollo moral; mientras que los segundos se ocupaban de enseñar a leer, escribir, enseñaban aritmética, etc. Quiere decir que la educación era más valorada que la institución como tal, pero, a partir del S. XVIII empezó a tomar importancia la educación cívico-científica sobre la cívico-moral, pero lo cierto es que no se puede educar sin instruir a las personas.
La habilidad de aprender, según la clasificación de John Passmore, es una habilidad abierta ya que nunca se puede dominar a la perfección, siempre hay cosas para aprender. Debe estar siempre permanente en el alumno y el objetivo es enseñarles a aprender.
Las escuelas deben formar un núcleo de desarrollo cognitivo y un núcleo básico de la personalidad, así como promover modelos de autoestima, de excelencia y de reconocimiento que sirvan de apoyo para el amor propio de los individuos ya que si las escuelas no ofrecen esto y renuncia a ello los niños la buscarán en otras partes que pueden ser muy negativas para su desarrollo íntegro como personas e incluso en el aspecto de la salud.